Leía este artículo en el la versión digital de Expansión y me llevaba a una visión ideal del mundo de la gestión empresarial, del liderazgo, de la asunción de objetivos: el Co-Liderazgo, y me explico.
Desde hace años vengo pensando y experimentando este concepto, pensando en una suerte de tren en el que todos los vagones devienen cabezas tractoras, sin que exista una máquina que estire y el resto que le siga.
Este tipo de organización tiene, tal como lo veo, incontables ventajas, una dirección descargada, o mejor dicho, con una responsabilidad compartida, una visión consensuada, una fluidez en la toma de decisiones, una autonomía en la ejecución, una creatividad impulsada…
Pero también existe una cruz en esta moneda, ya que requiere un nivel de involucración máximo por parte de cada uno de los miembros del equipo, madurez personal, confianza plena, ya no solo en los miembros del equipo, si no en toda la organización. En este tipo de organización, no puede oírse aquello de mi jefe no me motiva, simplemente por que es algo impensable, a esta organización se viene, como decía un buen amigo y antiguo jefe pipinado, coloniado y motivado.
Todos podemos actuar de ese modo, pero debemos desearlo con todas nuestras fuerzas para empezar a virar en esa dirección, una dirección que nos muestra Robin Sharma (2010) en su obra El líder que no tenía cargo.
Estoy absolutamente convencido de que este es el futuro y, como enuncia el artículo, va a distinguir a la nueva de la vieja empresa, teniendo en cuenta que nuestras generaciones Z, se mueven en unos entornos motivacionales que ya poco tienen que ver con nuestra generación Baby Boom, X e incluso con la generación Y.
¿Cómo conseguirlo?, siendo conscientes de que la riqueza está en la diversidad, de que la involucración no es una opción si no una característica fundamental del talento y que, si este no puede llegar a ese estado, simplemente no estará, por lo que las organizaciones variarán su rumbo llevándolo en esa dirección, algo que implica añadir a la cognición la emoción, eliminar la soberbia, acceder a líderes de servicio y al Co-Liderazgo.
¿Quieres estar en la vieja o en la nueva empresa?
en mi opinión se trata de una cuestión de confianza y de acuerdos mútuos. en las empresas en las que uno tiene la información y el poder y el resto no ya de por sí se produce una desconfianza que no ayuda a un verdadero liderazgo de cada miembro y del equipo. la alineación de objetivos y la humildad de los líderes juegan a mi entender una pieza clave
Hola Judith,
Ahí es dónde voy, la información fluye desde la responsabilidad, cada cual es su propio líder y tira del tren como si le fuera la vida en ello, hay compromiso y responsabilidad en lugar de férreas normativas y un líder nominado. Sé que es complejo y que las formas de gestión nunca han ido por ahí, pero creo firmemente en este modelo y creo que es el que, al final, obtendrá unos resultados colectivos y personales más satisfactorios.
Un abrazo gordo y una vez más, gracias por enriquecer el post con tus comentarios.
Jordi
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