El diccionario de la RAE nos define el término como “Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos”, hasta ahí, parece algo más bien anodino, no aparece pasión, ilusión ni estados de ánimo que reflejen la euforia que puede llegar a suponer tal estado.
Boyatzis (2005) nos hace dos reflexiones al respecto “pone en marcha la renovación, pues su organismo se reinicializa haciendo que vuelva a sonreír levemente imbuida por la sensación de confianza en su objetivo, que da energía a su organismo reanimando la pasión que la mueve” y “cuando experimentamos esperanza sentimos euforia ante un futuro que nos parece factible”.
Como vemos, la esperanza en su potente motor que nos mueve desde nuestra esencia, movilizando los recursos conscientes e inconscientes, posibilitando cualquier futuro que preveamos como posible.
Cuando los líderes de cualquier colectivo son capaces de crear esos climas de esperanza, generan una confianza que nos lleva a la excelencia, generando neurotransmisores que nos impulsan a la acción, por ello, la esperanza debería ser el sostén de cualquier equipo y la misión de su líder, generarla.
Una vez se ha perdido, podemos ver como la energía se disipa y se instala la abulia, haciendo que cualquier objetivo, por pequeño que sea, devenga inasumible.
Esa es una de las principales características de los equipos de alto rendimiento, su capacidad para generar una visión del futuro anhelado que sea plausible, algo que descansa en las capacidades de todos sus componentes y, muy especialmente, en las de su líder.
Para generar esa esperanza, es imprescindible mantener viva la capacidad de soñar, de imaginar desde el hoy, un mañana ilusionante, sembrando las simientes que lo hagan posible.
¿Qué puedes empezar a hacer hoy para mantener viva la llama de la esperanza en el colectivo que lideras o del que formas parte?
Hola Josep,
Sin duda alguna, mantener una actitud positiva y alejarnos de relaciones tóxicas, van a ser excelentes prácticas para conseguir esos objetivos.
Recordemos que los límites están tan solo en nuestra mente y que, la mayoría, son resolubles así que centrémonos en ellos, pongamos foco y pensemos que podemos porque creamos lo que creemos, así de simple, así de complejo.
Un abrazo y gracias de nuevo por tus aportes al blog.
Para empezar diría dejar de ver y oír las noticias, ignorar a los políticos y creer en las personas de nuestro alrededor. Tenemos que tener un actitud positiva y la tenemos que saber transmitir a los demás y tenemos que demostrar que con trabajo y unos objetivos bien determinados se puede conseguir todo.
No podemos prometer lo que no podemos conseguir, cuando defraudamos perdemos la confianza de los demás y también la esperanza.
Saludos